Dios y El Alma : Existen pruebas de La existencia de Dios en el diseño inteligente del cosmos y hay evidencias científicas de la vida después de la muerte física para quien no esté cegado por el materialismo.
El miedo a la muerte es quizá el más arraigado temor de la humanidad. Todos sabemos que nacemos con un tiempo limitado, que más tarde o más temprano, deberemos dejar todos nuestros sueños, proyectos y realizaciones, cuando expire el tiempo que para esta vida se nos ha concedido.
Pero ¿qué pasaría si supiéramos con certeza que el Alma y la supervivencia a la muerte física son una realidad, que se sigue viviendo después de la muerte?
Con la certeza de que se sigue viviendo, nuestra vida se transformaría completamente. Sabríamos positivamente que aquellos seres queridos que nos precedieron en el pasaje al más allá, están vivos, con la misma personalidad, afectos y defectos pero sin el cuerpo físico, que nos están esperando y que el sentido de nuestras vidas no está reducido a cosas materiales sino por el contrario que todo patrimonio espiritual que adquiramos sea en conocimientos o progreso personal, todo estaría en el acerbo indeleble de nuestra alma, nada de eso se perdería jamás.
Con la certeza de que se sigue viviendo, nuestra vida se transformaría completamente. Sabríamos positivamente que aquellos seres queridos que nos precedieron en el pasaje al más allá, están vivos, con la misma personalidad, afectos y defectos pero sin el cuerpo físico, que nos están esperando y que el sentido de nuestras vidas no está reducido a cosas materiales sino por el contrario que todo patrimonio espiritual que adquiramos sea en conocimientos o progreso personal, todo estaría en el acerbo indeleble de nuestra alma, nada de eso se perdería jamás.
Aunque la mayoría de las personas lo desconoce, existen pruebas muy concretas de que todo esto es verdad. Hay una ¡Enorme! cantidad de evidencia probatoria de que se sigue viviendo después de la muerte del cuerpo. Hay muchísimos científicos y personas serias e incuestionables que estudiaron este tema y obtuvieron pruebas fehacientes de la vida más allá de la muerte.
Aunque la mayoría de las personas lo desconoce, existen pruebas muy concretas de que todo esto es verdad. Hay una ¡Enorme! cantidad de evidencia probatoria de que se sigue viviendo después de la muerte del cuerpo. Hay muchísimos científicos y personas serias e incuestionables que estudiaron este tema y obtuvieron pruebas fehacientes de la vida más allá de la muerte.
Existen muchas evidencias de la existencia de Dios. Lógicamente a Dios no podemos investigarlo en forma directa como haríamos con algo material, sino a través de los efectos, pues todos sabemos que:
“Todo efecto tiene una causa y Todo efecto inteligente, tiene una causa inteligente”
“Todo efecto tiene una causa
y Todo efecto inteligente, tiene una causa inteligente
Así como un arqueólogo que encuentra unas ruinas, no las atribuye al efecto de la erosión sino a la presencia humana en ese lugar en un pasado remoto, de igual forma existen evidencias de la presencia de un ser inteligente en el diseño del cosmos, lo llamemos Dios o de cualquier otra forma.
Esto obedece a datos objetivos que provienen de la misma física y de la biología y que no pueden simplemente atribuirse al azar. Hay coincidencias tan asombrosas que realmente hay que estar muy aferrado a priori a un paradigma materialista, para atribuirlas al paso del tiempo y a la mera casualidad.
La existencia divina como diseño inteligente del cosmos se evidencia en una multitud de cuestiones que son tan abundantes y algunas de tal magnitud de exactitud, que es realmente difícil y forzado atribuirlas solo a asociaciones fortuitas y esto no significa sin embargo desconocer por ejemplo, la evolución de las especies o la evolución física de la materia desde sus comienzos en el Big Bang.
La existencia divina como diseño inteligente del cosmos se evidencia en una multitud de cuestiones que son tan abundantes y algunas de tal magnitud de exactitud, que es realmente difícil y forzado atribuirlas solo a asociaciones fortuitas y esto no significa sin embargo desconocer por ejemplo, la evolución de las especies o la evolución física de la materia desde sus comienzos en el Big Bang.
Quien sinceramente y sin prejuicios analice tanto los extremados “ajustes finos” que existen en los parámetros de la física, la asombrosa complejidad del universo desde lo más pequeño hasta lo más grande y la evolución biológica, no puede menos que observar un conjunto de efectos inteligentes que solo pueden provenir de una causa inteligente. Puede obtener más información en el libro complementario: “Pruebas Científicas de la existencia de Dios y del Alma“.
